sábado, 10 de octubre de 2009

En la actualidad, tanto los europeos como los americanos de cultura media tienen que reconocer y usar alrededor de 52 signos alfabéticos, así como diversos signos de otra índole: numerales, de puntuación y símbolos semánticos que se suelen llamar logogramas. Por el contrario, un japones medio debe reconocer y usar cerca de dos mil símbolos, y, en el caso de los muy cultos, unos cinco mil o más. Estas dos situaciones que contrastan, la europeo-americana y la japonesa, parecen muy diferentes, pero en realidad son más parecidas de lo que se diría a simple vista. Todos los sistemas de escritura son escritura en el pleno sentido del término, es decir, sistemas de símbolos gráficos que se pueden usar para transmitir cualquier pensamiento o idea. Lo diferente, a parte de las formas externas de los símbolos, es la proporción entre los signos fonéticos y los semánticos, cuanto más alta sea ésta, tanto más difícil será deducir la pronunciación de las palabras.¿Se equivocan quienes creen en la eficacia del alfabeto? ¿Sería preferible que las escrituras alfabéticas tuvieran más logogramas en representación de palabras enteras, como los jeroglíficos chinos, japoneses y egipcios? ¿Por qué ha de ser deseable una escritura de base fonética? ¿Qué tiene que ver el sonido con la cuestión estricta de leer y escribir? Basta mirar a nuestro alrededor para comprobar el enorme uso que hacemos hoy de los "jeroglíficos". En las carreteras, en los mapas meteorológicos, en los productos electrónicos, en el teclado del ordenador... Estos signos son eficaces informadores que nos indican el límite de velocidad, dónde hay un teléfono o un aseo público.El filósofo y matemático Leibniz pensó en el siglo XX que es posible inventar un lenguaje escrito capaz de comunicación universal, el cual debería ser independiente de todos los idiomas existentes y sólo defendería los conceptos esenciales para la comunicación filosófica, política y científica de alto nivel. Si esto lo han conseguido la música y las matemáticas, ¿por qué no puede conseguirse de un modo más general? Este sueño, por atractivo que sea, nunca será real. La escritura y la lectura están íntimamente ligadas al habla. Los caracteres chinos no hablan directamente a la mente sin la intervención del sonido, ni tampoco los jeroglíficos egipcios. Ferdinand de Saussure, el fundador de la lingüística moderna, dijo que el lenguaje es comparable a una hoja de papel, el pensamiento está en una cara y el sonido en la otra. De la misma manera que es imposible que unas tijeras corten una cara de una hoja de papel sin cortar la otra, también es imposible aislar el sonido del pensamiento o el pensamiento del sonido. Empezamos a comprender los procesos mentales del habla, pero aún no sabemos casi nada sobre los de la lectura y la escritura, aunque es seguro que la escritura no se puede disociar del habla, las palabras y los sistemas de escritura que utilizan palabras dependen tanto de los sonidos como de los símbolos.

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